Estudié la licenciatura en Antropología Social en la ENAH con la expectativa de realizar investigación de campo recorriendo el país, pero la docencia se presentó también como parte de la oferta profesional de la carrera y no me dio mucho trabajo iniciarme en el ámbito educativo porque, inclusive, una parte del servicio social lo realicé en el Nivel Medio Superior.
A excepción de algún tiempo, mi desempeño profesional ha sido en la docencia desde hace ya 20 años en que asumo esta experiencia como parte extendida de mi carrera, pues de cualquier forma decir docencia es referirse a una actividad de amplio alcance, que si bien desde las aulas no se hace investigación de campo, esta no queda excluida y se puede de todas formas continuar aprendiendo en el área antropológica que escogí.
De esta manera, si trabajo en la formación de jóvenes, no dudo que, el sentido antropológico del conocimiento, sea parte del estilo de abordar las asignaturas que imparto en el bachillerato. He aquí motivos centrales que me dejan grandes satisfacciones en la docencia al mantener las inquietudes antropológicas de siempre.
20 años de docencia a nivel medio superior ha sido como una aventura compartida con los jóvenes adolescentes de varias generaciones y diferentes contextos, que me ha dejado amistad, inquietudes, conocimientos y satisfacciones, que me permiten destacar que es un nivel educativo igualmente importante como todos los demás y que tiene especiales gratificaciones, porque nos permite participar de momentos decisivos y cruciales en la orientación educativa del adolescente.
Y sigo encontrando motivos en la EMS.
miércoles, 14 de octubre de 2009
¿Cómo percibo mi práctica docente?
Como mi principal actividad profesional que implica poner atención en el proceso mismo del aprendizaje, tanto de los estudiantes como de mí mismo, abordando contenidos que son de mi interés y que deseo compartir de la mejor manera con los grupos.
En el nivel del bachillerato, tratando con jóvenes adolescentes, mi práctica docente la efectúo a partir de una planeación realizada previamente a los cursos, la que sirve de guía para la atención de cada uno de los grupos y, al mismo tiempo, con el apoyo de un cuaderno de notas de seguimiento semanal a manera de agenda con los temas a asumir, las tareas solicitadas, la participación de los equipos, las lecturas y actividades necesarias además de tener a la mano las listas de asistencia y de evaluaciones. Procurando con ello llevar un proceso sistematizado que me permita estar al tanto de los avances grupales e individuales.
Trabajo difícil porque la docencia es una profesión no suficientemente reconocida ni mucho menos remunerada, en que se debe atender a grupos numerosos de entre 40 y 50 estudiantes cada hora y con materias diferentes situación que puedo enfrentar de manera metódica, congruente y clara para los estudiantes.
No obstante esta carga laboral, se me hace accesible y gratificante porque los contenidos están dentro del área que he elegido como profesión y a través de la comunicación con los estudiantes el conocimiento se va actualizando, se va construyendo, surgiendo nuevas preguntas, más reflexiones y nuevas tareas.
En general, mi práctica docente la percibo como el reto cotidiano de llamar la atención sobre determinados tópicos académicos y hacer que los estudiantes participen de esta misma intención de conocimiento.
En el nivel del bachillerato, tratando con jóvenes adolescentes, mi práctica docente la efectúo a partir de una planeación realizada previamente a los cursos, la que sirve de guía para la atención de cada uno de los grupos y, al mismo tiempo, con el apoyo de un cuaderno de notas de seguimiento semanal a manera de agenda con los temas a asumir, las tareas solicitadas, la participación de los equipos, las lecturas y actividades necesarias además de tener a la mano las listas de asistencia y de evaluaciones. Procurando con ello llevar un proceso sistematizado que me permita estar al tanto de los avances grupales e individuales.
Trabajo difícil porque la docencia es una profesión no suficientemente reconocida ni mucho menos remunerada, en que se debe atender a grupos numerosos de entre 40 y 50 estudiantes cada hora y con materias diferentes situación que puedo enfrentar de manera metódica, congruente y clara para los estudiantes.
No obstante esta carga laboral, se me hace accesible y gratificante porque los contenidos están dentro del área que he elegido como profesión y a través de la comunicación con los estudiantes el conocimiento se va actualizando, se va construyendo, surgiendo nuevas preguntas, más reflexiones y nuevas tareas.
En general, mi práctica docente la percibo como el reto cotidiano de llamar la atención sobre determinados tópicos académicos y hacer que los estudiantes participen de esta misma intención de conocimiento.
"Los saberes de mis estudiantes"
1) Lo que nuestros estudiantes saben hacer en Internet: para nuestra sorpresa los estudiantes manejan varios aspectos ventajosos para el acceso de la información en Internet, muchas veces mucho más rápido y fácil que los maestros y padres de familia que nos tocó protagonizar el surgimiento y boom de la informática y del Internet, en cambio ellos ya nacieron con esta tecnología y la ven de modo natural. Saben por ejemplo, crear correos propios, entrar a chatear, descargar y capturar información, “quemar” dvd y reproducir MP3, intercambiar archivos de música, videos, fotos; mandar mensajes por celulares, hacer redes libres e independientes, etc.
2) ¿Qué podemos hacer para aprovechar esos saberes en el aula?
Actualizarnos al respecto como lo estamos haciendo a través de este mismo medio virtual que incluye la práctica misma, no solo la orientación o los instructivos; partir de un diagnóstico de nuestros estudiantes para sondear si tienen computadora, acceso al Internet, si esto les cuesta y tienen dificultades para esta TIC’s; considerar su uso desde la Planeación si ello es pertinente; determinar las posibilidades concretas para su uso por ejemplo: que creen un correo electrónico único del grupo a través del cual su grupo y el o los maestros, puedan enviar información sobre la materia considerando que la comunicación puede ser puntual y concreta en cuanto actividades a desarrollar, metodología, orientación diversa, socialización de documentos a trabajar o de diapositivas, entre otros.
3) ¿Quién van a enseñar a quién y qué le enseñará? y ¿dónde lo harán?
En principio el docente tiene la responsabilidad de orientar y asesorar al grupo, de propiciar disposiciones para el estudios, de crear un grupo de aprendizaje presencial y virtual, básicamente, crear una comunidad de conocimiento en que la fluidez de la información sea lo distintivo de la socialización de conocimientos. En este caso, esta comunicación podrá ser a extra-clase y rescata una circunstancia importante, poco estudiada y atendida, como lo es el tiempo libre de los jóvenes, por ello, fuera de la escuela el docente de antemano ya dejó orientaciones e instrucciones en la red, solo falta que el estudiante desde su casa, un cibercafé, biblioteca e Internet escolar o público, entre amigos u otros abra su correo o el del grupo para acceder a la red y mantenerse en contacto con toda esas posibilidades mencionadas.
2) ¿Qué podemos hacer para aprovechar esos saberes en el aula?
Actualizarnos al respecto como lo estamos haciendo a través de este mismo medio virtual que incluye la práctica misma, no solo la orientación o los instructivos; partir de un diagnóstico de nuestros estudiantes para sondear si tienen computadora, acceso al Internet, si esto les cuesta y tienen dificultades para esta TIC’s; considerar su uso desde la Planeación si ello es pertinente; determinar las posibilidades concretas para su uso por ejemplo: que creen un correo electrónico único del grupo a través del cual su grupo y el o los maestros, puedan enviar información sobre la materia considerando que la comunicación puede ser puntual y concreta en cuanto actividades a desarrollar, metodología, orientación diversa, socialización de documentos a trabajar o de diapositivas, entre otros.
3) ¿Quién van a enseñar a quién y qué le enseñará? y ¿dónde lo harán?
En principio el docente tiene la responsabilidad de orientar y asesorar al grupo, de propiciar disposiciones para el estudios, de crear un grupo de aprendizaje presencial y virtual, básicamente, crear una comunidad de conocimiento en que la fluidez de la información sea lo distintivo de la socialización de conocimientos. En este caso, esta comunicación podrá ser a extra-clase y rescata una circunstancia importante, poco estudiada y atendida, como lo es el tiempo libre de los jóvenes, por ello, fuera de la escuela el docente de antemano ya dejó orientaciones e instrucciones en la red, solo falta que el estudiante desde su casa, un cibercafé, biblioteca e Internet escolar o público, entre amigos u otros abra su correo o el del grupo para acceder a la red y mantenerse en contacto con toda esas posibilidades mencionadas.
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